18/3/10

El totalitarismo de la democracia (Philip Allott)

El totalitarismo de la democracia y el capitalismo, con Philip Allott.

“La democracia y el capitalismo son sistemas más totalitarios que el nazismo o el estalinismo”. Explica que la clave es que tanto la democracia y el capitalismo son sistemas que contienen en sí mismos sus propios valores, y que además obligan a aceptarlos, de forma que los ciudadanos que viven en ellos “deben entregarles sus mentes”. No son únicamente sistemas políticos o económicos, sino también de conciencia. Las personas no se dan cuenta de ello: sus mentes están determinadas por estos sistemas.
Según Allott “el totalitarismo tradicional” se caracterizaba por determinar por la fuerza y, através de la violencia, controlara las personas. Estas, en última instancia, podían ser disidentes en su vida privada, “pensar lo que les viniera en gana” -en libertad-. Lo “extraordinario de la democracia y dle capitalismo es que controlan la conciencia de sus ciudadanos”, con valores totalmente pragmáticos, incluso de la propia conciencia. Y es por eso que Allot dice que son regímenes totalitarios. Es decir, el control del democapitalismo es total, y su peligro reside en su intromisión en lo personal, en el hecho libre de pensar, en lo más íntimo y primario. “Hasta nuestros deseos están determinados con el sistema; deseamos lo que la sociedad desea que deseemos, y eso es algo increíble. La gente normal no es consciente de ello, pero sus líderes deberían serlo, porque se trata de un gigantesto desafío para la filosofía y la religión.”
La entrevistadora Irene Hernández le pregunta sobre qué piensa de la idea de George Bush de exportar la democracia al mundo. Philip Allott considera que la exportación de la democracia a terceros países adquiere un efecto desarraigante “ya que provoca que desaparezcan los valores de esa determinada sociedad a causa del totalitarismo del sistema democrático, cuyos valores son incompatibles con otros, modificando las culturas internas”. Ante la pregunta de si cree que el islam es compatible con la democracia, Allot responde que podría ser, pero que el otro interrogante que nos deberiamos hacer es “¿es compatible la democracia con el cristianismo? La democracia y el capitalismo son algo tan desepiritualizado que no lo serían con ninguna religión”.
“En las sociedades democráticas, la gente se muestra muy preocupada por la pobreza o las guerras, pero no hace nada para que las situaciones cambien”. Existe una gran disparidad entre la gente normal -que sabe lo que está bien y lo que está mal, lo que es justo e injusto- y los lobbys que tienen en sus manos las riendas del planeta. Aclara que él siempre ha dicho que “todas las sociedades han estado gobernadas por oligarquías, y así precisamente sigue siendo”. Uno de los “logros” de la democracía sería haber hecho aceptable el dominio de las oligarquías. Y esas oligarquías a escala internacional -en la forma de estados y gobiernos- actúan a su libre albedríos. Porque, según dice, “mientras dentro de sus países deben aceptar ciertos controles, a escala global no; la legislación internacional está bajo control de los propios gobiernos oligárquicos”.
“El único poder por encima de todos los poderes es el de las ideas”. El único modo modo en el que lograremos cambiar todo será a través de las ideas. “Si entendemos los desafíos de la situación actual, quizás seamos capaces de encontrar el modo para solucionarlos”. Eso significaría que la filosofía, rechazada por la democracia, habría recuperado su capacidad de generar buenas ideas. Añado: las libres son siempre revolucionarias.

Diego Urioste. 9/6/2007